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CENSO SIN CONSENSO: ENTRE LA NECESIDAD Y LA SUSCEPTIBILIDAD

Por Marina Bonino, Arquitecta

En Bolivia, no necesitamos los datos del censo 2024 de población y vivienda, para conocer nuestras limitaciones y carencias en cuanto a infraestructuras de servicio, vivienda y equipamientos. Eso se nota a la legua:

1. Transporte: Redes de transporte público ineficiente. Ausencia de redes de buses interprovinciales seguros e integrados con el transporte público urbano principal. Deficiente diseño de calles, y deplorable estado de carreteras para la movilidad y el transporte a escala nacional e internacional. Falta de planes para la movilidad peatonal y ciclista, y de medios alternativos y eficientes de energía para reemplazar los recursos no renovables que hoy presentan escasez.

2. Planes de Vivienda y desarrollo residencial: Falta de planificación de áreas residenciales diversificadas en términos de tipos de vivienda, densidades y niveles de ingresos.Escasos programas de acceso a la vivienda de interés social asequible para diferentes segmentos de la población.Limitaciones en cuanto a infraestructura de servicios básicos (agua, energía, y, sobre todo, sistemas sanitarios y drenajes pluviales) en las ofertas inmobiliarias privadas. Informalidad en el uso y apropiación del suelo que genera situaciones de riesgo e indefensión de orden natural y legal.

3. Redes de Espacios públicos: Deficiencia en áreas destinadas a parques y áreas verdes accesibles y bien distribuidas, escasez de espacios recreativos y al aire libre para los habitantes. Mal uso y falta de mantenimiento de plazas y mercados. Carencia de equipamientos públicos como bibliotecas, instalaciones deportivas y culturales, centros comunitarios, y si los hubiera, la falta de recursos humanos para atenderlos.

4. Redes de Educación y salud: Insuficiente cantidad de escuelas a nivel primario distribuidas estratégicamente en una red de equipamiento comunitario, y de institutos de enseñanza técnica superior, con oferta de titulaciones intermedias para la salida laboral rápida de la población joven. Insuficiente y precaria infraestructura de centros de salud y hospitales de 1er, 2do y 3er nivel, en términos de capacidad, cobertura territorial, equipo hospitalar y personal idóneo (ítems) con diferentes niveles de especialización.

5. Comercio y servicios: Falta de ordenamiento, gestión y control de los centros comerciales y mercados de diferentes categorías que satisfagan adecuadamente las necesidades de la población.Carencia de infraestructura para el fomento y desarrollo de actividades económicas y generación de empleo.

6. Infraestructuras técnicas: Carencia de planes de fortalecimiento y adecuación de los sistemas de suministro de agua y saneamiento eficientes y seguros para las comunidades. Falta de estrategias para el aprovisionamiento de redes eléctricas que soporten la demanda actual y a futuro, con costos justos y equitativos. Falta de estudios y proyección de sistemas de generación de energía alternativos más eficientes y sostenibles. Falta de gestión de residuos sólidos, que respete los recursos naturales y el medioambiente y salubridad en los asentamientos urbanos en el corto, mediano y largo plazo.

Es una vergüenza que, hasta ahora, las políticas públicas han estado basando sus planes programas y proyectos tomando convenientemente como referencia los datos obsoletos del último censo de población y vivienda realizado en el año 2012, prácticamente sin actualización. Por ello, la necesidad imperiosa del nuevo censo. Sin embargo, a la necesidad, se suma, como desde hace ya varios años, la susceptibilidad.

Es muy obvio que las estadísticas resultantes del censo de este domingo, tendrán resultados CRECIENTES EXPONENCIALMENTE en ciudades como, por ejemplo, Santa Cruz y El Alto, que son polos de desarrollo y destino de migraciones masivas; y DECRECIENTES, en las áreas rurales. Se sabe también que más del 75% de la población está asentada en áreas urbanas, según datos de la Organización Mundial de la Salud o del Banco Mundial, y que ésta es una tendencia a nivel mundial casi irreversible.

Por eso llama la atención cuando Arce Catacora dice que no habrá sorpresas (sobre los resultados del censo) en Santa Cruz o en La Paz, y sí en las áreas rurales.

La gran incógnita es: ¿Cómo habrán hecho o harán, para censar a los pobladores de los pueblos rurales fantasmas que se inventaron para ganar elecciones, y captar los fondos del FONDIOC, y otros amañados artilugios creados para favorecer su inamovilidad en el poder?

Una forma (no la única ni la de mayor impacto) ha sido el traslado descarado y evidente de personas por parte de autoridades afines al gobierno central, desde las ciudades hacia las provincias y el campo. Con ello seguramente planean impedir que municipios y departamentos como Santa Cruz, ganen más escaños regionales en las cámaras, así como el “inflar” las poblaciones rurales y provinciales les favorecerá para un nuevo gran fraude en las próximas elecciones.

El modus operandi es el de siempre: Acarrear gente como ovejas para cumplir sus oscuros objetivos políticos, sin tomar en cuenta el efecto boomerang negativo que tienen para el pueblo estas prácticas antidemocráticas y engañosas, para ese pueblo necesitado que dicen defender.

EL CORDÓN ECOLÓGICO, EL EFECTO MARIPOSA Y LA TEORÍA DEL CAOS 

Por Marina Bonino, Arquitecta

Crédito de la Imagen: Rubén Darío Azogue

En estos tiempos donde podemos constatar cada vez más los efectos adversos del cambio climático, como consecuencia de fenómenos naturales y de la intervención del hombre sobre el hábitat, se vuelve necesario tomar en cuenta conceptos como el efecto mariposa y la teoría del caos, para comprender las dinámicas propias de los ecosistemas naturales y construidos. En particular, cómo se relacionan estos conceptos con las ciudades que habitamos, entendidas como sistemas urbanos de evolución no lineal y muchas veces impredecible, cuando la falta de planificación da lugar a la improvisación. Más aún, adquieren una importancia mayor al considerarlos en el contexto de una posible anexión del cordón ecológico del Rio Pirai a la mancha urbana de Santa Cruz de la Sierra, con lo cual esta área protegida se volvería “urbanizable”, es decir, sujeta a modificaciones y hasta posibles cambios en el uso de suelo, sentando jurisprudencia para que los municipios que participan de su cuenca, que va desde Samaipata hasta Yapacaní, hagan lo propio.

El efecto mariposa (proverbio chino) sostiene que algo aparentemente tan insignificante como el aleteo de una mariposa, puede desencadenar una serie de eventos que, en última instancia, pueden tener un impacto significativo en un sistema complejo y dinámico. La teoría del caos (desarrollada por el matemático Edward Lorenz) se enfoca en la imprevisibilidad inherente a los sistemas no lineales, donde pequeñas variaciones en las condiciones iniciales, puede llevar a resultados diferentes a los esperados.

En este sentido, cualquier intervención dentro de esta franja defensiva del Rio Pirai en la Cuenca Baja (Municipio de Santa Cruz), que cuenta dentro de sus 1000 m de ancho con masa arbórea, zonas de inundación o amortiguamiento y diques de contención, (implementados por el proyecto SEARPI a raíz de la gran inundación del ’83), resulta un tema complejo que necesariamente debe contemplar una visión regional/metropolitana y el desarrollo de un Plan Integral acorde con esta visión.  Priorizando por supuesto, su invalorable rol de protección medioambiental para los ecosistemas urbanos que se encuentran a lo largo de los más de 420 km que recorre toda su cuenca.

La presencia de estructuras urbanas en las proximidades de un río joven e inestable -como lo es el Pirai- implica una serie de situaciones con resultados impredecibles para esos entornos modificados. Se sabe por experiencias vividas que el cauce del río y sus niveles de agua, pueden alterarse cíclica o aleatoriamente, provocando inundaciones o erosionando el territorio. Los suelos arenosos de las riberas suelen ser inestables, y el nivel freático, alto.   Si se modifican los patrones de flujo de la corriente, puede haber impactos negativos significativos para la biodiversidad y la calidad del agua, como el caso de los afluentes en Porongo, totalmente afectados después de los acelerados procesos de urbanización que allí se han dado.

Abundan ejemplos en la actualidad, como lo sucedido en la ciudad de Cobija o los derrumbes y mazamorras con pérdidas materiales y humanas en distintas partes del país.  Muchos de estos desastres han destruido asentamientos humanos, formales o informales, en sectores no aptos para habitar. En el caso de Santa Cruz, municipio, el simple hecho de “urbanizar” una parte del cordón, tuvo y tendrá otra vez -sí o sí-, consecuencias que afectarán no solo el lugar intervenido sino, además, otras áreas del gran ecosistema del río Pirai.

Por ello, es fundamental considerar cuidadosamente todas las variables y posibles repercusiones antes de llevar a cabo cualquier propuesta sobre el cordón ecológico. Si el objetivo es preservar y proteger este entorno natural de una manera eficiente y sostenible, como prevención de riesgos futuros y desastres naturales, la propuesta debe enmarcarse en un conocimiento técnico calificado y responsable que permita actuar sobre este ecosistema tan complejo, dinámico e impredecible. Como impredecible puede ser lo que pase con el área de protección si se “urbaniza”. Por supuesto que se tienen dudas, sobre ello, como también pruebas (año ´83).

Solo a través de una intervención consciente, criteriosa y bien intencionada se podrán lograr resultados positivos y sostenibles para el medio ambiente y la mancomunidad metropolitana, que es el escenario que hay que tomar en cuenta en este caso. Una visión metropolitana permitirá tomar decisiones que favorezcan al conjunto, en una especie de sinergia que contribuya a que cada uno de los municipios que se integran a través del río, puedan encontrar la mejor manera de relacionarse con éste, a través de sus características y potencialidades propias. Tal vez, por ejemplo, en el sector del río donde confluyen la ciudad de Santa Cruz y el Urubó, la costanera con edificaciones elevadas podría darse, estudios y planificación mediante, en el lado del municipio de Porongo, donde la topografía es más elevada, y por lo tanto con menos riesgos; dejando la ribera del lado cruceño, que está en un nivel mucho más bajo, como un gran parque natural con infraestructura verde vinculada al gran parque metropolitano correspondiente a las otras sub cuencas. Y no a la inversa, como se suele pensar.

En este contexto, para abordar la intervención del cordón ecológico del Rio Pirai, entendido como un patrimonio medioambiental de la región metropolitana cruceña y no como retazos independientes con dueños aislados, es imprescindible la creación de una entidad con autonomía de gestión que coordine planes y políticas públicas con los 3 niveles de gobierno para lograr el bien mayor, que es beneficiar a toda la mancomunidad metropolitana que convive con el río. Sólo así se podrá obtener el efecto mariposa planificado y deseado, evitando el caos resultante de intervenciones apresuradas, unidireccionales y ocurrentes que pueden llevar a la entropía de la región.

MODERNIZAR EL TRANSPORTE PÚBLICO SIGUE SIENDO UNA PRIORIDAD

Por Marina Bonino, Arquitecta

En medio del crecimiento constante de nuestra ciudad y el aumento incesante de la cantidad de vehículos de todo tipo en las calles, es urgente abordar de manera efectiva el problema del tráfico vehicular, antes de que sea demasiado tarde. Al contrario de lo que la mayoría de las personas puedan creer, la simple adición de más carriles de circulación vehicular no es la solución definitiva para este problema, como estamos pudiendo constatar nuevamente con la habilitación del carril que estaba destinado al BRT en el Primer Anillo; o la ampliación de las vías en el 3er Anillo interno entre Av. Beni y Mutualista. Si bien puede ser tentador pensar en el ensanche de vías como una solución rápida y fácil, se ha demostrado que esta estrategia es ineficiente y a menudo generadora de mayores problemas a largo plazo.

El problema fundamental radica en que las áreas urbanas tienen una cantidad limitada de espacio físico. Por lo tanto, es ilusorio creer que, al añadir carriles de circulación, los vehículos transitarán de forma más fluida. La realidad es que el tráfico se ajusta a la capacidad de la infraestructura disponible, y el aumento de carriles solo fomenta el uso del automóvil privado por ser, dadas las condiciones actuales de nuestro transporte público, más seguro y eficiente, desincentivando otras alternativas para la movilidad urbana.

Una verdadera solución implica necesariamente modernizar y optimizar el sistema de transporte público. Sabemos que cuando se cuenta con un sistema eficiente, cómodo y confiable, las personas están más dispuestas a dejar sus vehículos en casa. Esto reduce la cantidad de automóviles en las calles y mejora la fluidez del tráfico.

Un ejemplo clásico donde se ha logrado con éxito este objetivo, es la ciudad de Curitiba, en Brasil. Gracias a la implementación del sistema de autobuses rápidos con carriles exclusivos, lograron una disminución considerable del tráfico, con un servicio de calidad que siguen disfrutando hasta hoy. Por el contrario, un ejemplo nefasto es lo que se vive en El Cairo, con 22 millones de habitantes, donde, además de la cantidad exorbitante de vehículos y un déficit en el transporte público, la ciudad no cuenta con sistemas de regulación y control tan necesarios como son los semáforos.

Pero modernizar el transporte público va más allá de simplemente mejorar el servicio. Implica necesariamente la implementación de infraestructuras adecuadas, como carriles exclusivos, estaciones y paradas seguras y sistemas de cobranza eficientes, para asegurar una experiencia de desplazamiento sin contratiempos. El concepto de los BRT sigue siendo una excelente solución, integrada y sostenible, para el tráfico vehicular, especialmente en nuestro medio. El retirar los cordones del primer anillo, ha sido una estrategia cortoplacista para evitar encarar y resolver el verdadero problema del transporte. Queda la duda, más allá del daño económico que ello implica, de si el Gobierno Municipal tendrá alguna propuesta respecto al uso y aprovechamiento de la infraestructura destinada a las estaciones ubicadas dentro del camellón central, que hoy son una muestra evidente del abandono y falta de planes alternativos ante las decisiones tomadas.

Es vital que el Gobierno Municipal y las empresas de privadas de transporte público cambien de una vez por todas su enfoque sobre este tema, priorizando el bien común antes que intereses particulares, con soluciones reales para encarar esta situación que cada vez se hará más insostenible. Los cambios en las dinámicas de la movilidad urbana (la presencia cada vez más generalizada de motos como medio de transporte “rápido y económico”), así como los nuevos usos y servicios (empresas privadas de “delivery” y de transporte que funcionan mediante aplicaciones digitalizadas) y la necesidad de incluir la movilidad alternativa sostenible (con el uso de bicis), son aspectos que también deberán ser tomados en cuenta como parte del problema a resolver. Las estadísticas nos están demostrando, además, un incremento exponencial en los accidentes de tránsito y desde el punto de vista sociológico, el comportamiento cada vez más agresivo y desconsiderado de los conductores entre si y en el trato con los peatones.

Es urgente considerar soluciones a esta problemática desde una Planificación Integral, porque además de lo expuesto, con seguridad que contribuirá también a resolver en buena parte la escasez de combustible destinado al parque automotor, que, dicho sea de paso, genera las ¾ partes del monóxido de carbono, además de otros óxidos contaminantes en las ciudades. Como se ve, el transporte público actual es la punta del ovillo de una situación que solo podrá mejorarse a través de una gestión pública inteligente, eficiente y previsora, para optimizar la fluidez del tráfico urbano, reducir la congestión física, medioambiental y psicológica, apoyar una economía cada vez más deteriorada y brindar una mejor calidad de vida para nuestros habitantes.

LA CIUDAD Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD SOCIAL Y COMUNITARIA

Por Marina Bonino, Arquitecta

-Imagina un lugar que nos es “común”, donde tus derechos y los míos son iguales: abierto, visible, general, libre, por el que debemos luchar cada día.
-¿El cielo?
No, ¡el espacio público!

En una ciudad, el espacio más democrático y el mejor indicador de la educación y de la calidad de vida de sus habitantes, es el ESPACIO PÚBLICO. Además de su función ornamental dentro del paisaje urbano, sabemos que este tipo de espacio contribuye al mejoramiento de las condiciones medioambientales del hábitat, al dotar de microclimas saludables gracias a su infraestructura verde, que equilibra los efectos adversos de las construcciones y los pavimentos. Esta condición, es en sí misma, motivo más que suficiente para promover su existencia y conservación. Pero además, a esto hay que agregarle su contribución fundamental a la formación del sentido de comunidad y de valoración del bien común, que promueve su uso en los habitantes que están dentro de su área de influencia.

Por ello, si queremos transformar la sociedad que habita nuestra ciudad, debemos empezar por transformar los barrios, la unidad social básica de la estructura urbana. Con la consolidación de espacios públicos de calidad, con un diseño atractivo, original y específico para cada lugar, se fortalece el sentido de identidad y de pertenencia de sus usuarios, los vecinos. Está comprobado que el espacio público menos peligroso es el que más se utiliza y es más concurrido. El modo de apropiación y uso por parte de la gente, es el espejo que refleja la cultura urbana de una sociedad y por eso, diseñar buenos espacios públicos, es crear escuelas al aire libre para aprender a convivir.

En este sentido, es muy importante que, paralelo a los planes de densificación de las manzanas, se definan estrategias para generar, potenciar y sostener estos espacios que nos pertenecen a todos, conjugando lo funcional, lo estético, lo paisajístico y lo ambiental, para promover las condiciones básicas de convivencia social, de interacción familiar y de esparcimiento, tan necesarias en una ciudad que va perdiendo áreas verdes y está confinando cada vez más a las familias a convivir en reducidos espacios que limitan su libertad de actuar, comunicarse, y aprender/fortalecer las habilidades sociales fundamentales para existir como sociedad.

EDENIA, EL PARAISO QUE (CASI) PERDIMOS

Por Marina Bonino, Arquitecta

En tiempos remotos, en algún rincón privilegiado del planeta, existía una región llamada Edenia. Este lugar, considerado como un paraíso en la Tierra, estaba rodeado de exuberantes bosques, ríos cristalinos y una biodiversidad que asombraba a todos.

En aquel entonces, sus habitantes vivían en armonía con la naturaleza. Cada mañana despertaban con el canto de los pájaros y se deleitaban con el aroma de las flores de sus jardines y con los frutos de los árboles que adornaban sus patios. Las aguas puras de los ríos abastecían a sus pobladores, permitiendo que la vida fluyera en todos los rincones. La gente se preocupaba por conservar y proteger su hábitat natural, sabiendo que era fundamental para su existencia.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la ambición de extraños seres venidos desde otras tierras, dio inicio a la depredación paulatina de esos territorios benditos, instalándose también en las mentes y en los corazones de los edenios, que comenzaron a imitar las salvajes conductas de sus invasores. La invasión al principio no fue muy evidente, pero a medida que pasaban los años, el impacto era cada vez más notorio. La región creció descontroladamente. La extracción indiscriminada de las riquezas naturales, propiciadas por los líderes de los nuevos moradores, ávidos de poder y dominio, contaminaron los ríos. Los árboles de las tierras sagradas fueron derribados para dar paso al asentamiento de las hordas salvajes y a los nuevos campos para el cultivo de la hoja maldita, que era la fuente de su embrutecimiento y de su irracional sumisión. La voracidad de los avasalladores no conocía límites. Protegidos y amparados por sus cabecillas, parecían no tener conciencia de las consecuencias de sus acciones sobre el territorio en el que sus propios hijos iban a habitar.

Los ríos empezaron a secarse poco a poco. Las lluvias pródigas de vida, se hicieron cada vez más escasas. La sed fue cubriendo las gargantas de los habitantes del antiguo paraíso, y el verde, otrora de esperanza, se empezó a teñir de gris desesperación. El ecosistema que una vez fuera próspero y generoso, ahora languidecía destruido ante la impotencia de los pocos protectores que no habían sucumbido al engaño y a la manipulación. El fuego se apoderó de los bosques; los pocos animales que sobrevivieron, huyeron en busca de lugares más aptos para la vida, mientras la contaminación y el humo llenaban los cielos que una vez fueran límpidos y puros.

El panorama era desolador. La región que una vez fuera una de las más prósperas, se había convertido en un páramo desértico, en donde reinaban la muerte y la desolación. Los habitantes se lamentaban por no haber valorado la maravillosa tierra que los había cobijado durante tanto tiempo.
Era el principio del fin…

Pero en medio de la angustia y la desesperación, surgió una chispa de esperanza. Un grupo de jóvenes conscientes de la magnitud de la destrucción, decidieron luchar por el renacimiento de Edenia. Con sus escasos recursos, formaron brigadas de reforestación y se adentraron en los terrenos teñidos de muerte, para plantar árboles y rescatar las especies endémicas que aún sobrevivían.

El esfuerzo fue titánico. A este grupo de voluntarios, se unieron nuevos grupos, y otros más, que fueron tomando conciencia de que en la unión estaba la fuerza necesaria para el cambio y que sólo ellos, por su amor a la tierra que aún palpitaba ardiente en sus pechos, podrían lograrlo.

Poco a poco, el paisaje de Edenia comenzó a cambiar. La vegetación se abrió paso entre la sequedad del desierto y los árboles volvieron a crecer. Los ríos, aunque en un principio fueron sólo hilos de agua, comenzaron nuevamente a fluir por sus antiguos cauces, trayendo consigo la vida. El humo y la contaminación se disiparon, permitiendo que el aire volviera a ser puro y el cielo volviera a lucirse con su brillante azul. La región cual Ave Fénix, renació de sus propias cenizas. Sus habitantes, que habían aprendido de sus errores, y con la fuerza renovada de sus convicciones, juraron proteger y defender su territorio. Exigieron a sus gobernantes leyes que prohibían la destrucción de sus bosques, de sus ríos y de sus ecosistemas. Se castigó con mano dura a los depredadores y se promovió en todas las escuelas la conciencia ambiental.

Con el tiempo, Edenia volvió a ser reconocida como un paraíso en la Tierra. La lección había sido dura, pero sirvió para recordarles que sin la naturaleza, no eran nada. Que la vida estaba por encima de las ambiciones particulares, y que ellos, los edenios, eran los guardianes de esa tierra bendita y generosa que los cobijaba, con amorosa esperanza, una vez más.

SIENTO, LUEGO HABITO Una experiencia académica sobre el habitar en tiempos de cuarentena

En el ámbito de la enseñanza impartida en los talleres de Arquitectura, es fundamental inculcar en los estudiantes y futuros profesionales una visión integral –holística– para el desarrollo de los proyectos arquitectónicos, entre ellos, y especialmente, los enmarcados en la tipología de vivienda o proyecto habitacional. Se han heredado, como práctica académica que aún pervive, los paradigmas funcionales de la escuela del Movimiento Moderno que establece, entre otros conceptos, el de la vivienda como la “máquina de habitar”. Esta práctica académica prioriza los aspectos funcionales y/o cuantitavos del programa arquitectónico, y deja de lado o minimiza con mucha frecuencia los aspectos cualitativos que hacen a la verdadera esencia del diseño.

En este sentido, desde la cátedra del Taller de Arquitectura V de la Carrera de Arquitectura de la Facultad de Ciencias del Hábitat, Diseño y Arte (FCHDA -UAGRM), se viene aplicando, desde hace un tiempo atrás, una metodología proyectual que aborda la problemática de la vivienda desde un contexto fenomenológico, incorporando al proceso de diseño tradicional (con sus criterios: espacio-función-forma-tecnología) el valor de lo experiencial, tanto desde el punto de vista del proyectista o diseñador, como de los usuarios a los que está destinado el proyecto. En otras palabras, se busca que el estudiante reconozca y aplique los aspectos intangibles del diseño, tan necesarios para que el resultado sea exitoso en términos de calidad de vida para los destinatarios.

La temática que viene desarrollándose en el presente semestre (en una experiencia inédita de taller en modalidad virtual) es la de Conjunto habitacional de alta densidad. Los estudiantes podían elegir los usuarios, que se definieron en dos nichos etarios: a) para familias con padres jóvenes e hijos pequeños o b) para personas de la tercera edad; aplicando los criterios contemporáneos de modos de convivir y habitar, como por ejemplo la tendencia a compartir ciertos espacios con un carácter comunitario: co-housing, en el caso de los adultos mayores; co-living y co-working en el caso de las familias jóvenes. A ello se suma el desafío de encarar el diseño como una respuesta a las nuevas condiciones impuestas por protocolos de relacionamiento derivados de la situación de pandemia, en los que el espacio social y el espacio individual se ven comprometidos.

Cuando una persona habla de su vivienda o del espacio que habita, le confiere a éste cualidades propias de la condición humana. Se dice, por ejemplo, “Mi casa es cálida”, “Este espacio no es agradable”, “Este otro es acogedor”, y esto es así porque se conciben a los edificios como una prolongación de la experiencia del “yo”. Por ello, dentro de la metodología y en el contexto fenomenológico antes mencionado, resulta muy adecuado parafrasear el famoso postulado “Pienso, luego existo” del filósofo racionalista René Descartes con la versión “Siento, luego habito”, muy adecuada para entender la importancia que reviste lo sensitivo como el elemento disparador del proceso creativo en el diseño de la vivienda.

Uno de los aspectos básicos dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje consiste en promover en el estudiante la permeabilidad mental necesaria para dejar de concebir a los usuarios del proyecto como entes anónimos, hecho muy frecuente por la condición intrínseca de la práctica académica en los talleres, que contextualiza la problemática a resolver en un ámbito teórico-conceptual, con comitentes y usuarios generalmente desconocidos. Esta “virtualización” de los usuarios impide que el estudiante pueda contar con una aproximación real a las necesidades y expectativas de aquellos para los cuales se está diseñando, experiencia que puede tener recién cuando se enfrenta a su primer trabajo no académico como profesional, con un cliente-usuario real.

El peligro de esta condición está en el hecho de que el estudiante y futuro arquitecto se acostumbre a dar por sentado que su percepción o punto de vista es suficiente para la resolución de un proyecto arquitectónico, lo que puede llevar a “deshumanizar” “su” arquitectura, la misma que se transforma más en un estímulo para el ego que en una respuesta para la vida.

Con la consigna “Siento, luego habito”, que se les propone como parte de la metodología, se abre la posibilidad de encarar el proceso de diseño desde una nueva sensibilidad, que induce al estudiante a la búsqueda de una síntesis proyectual en su propuesta: un edificio que no solo se perciba desde lo visual, sino que sea capaz de estimular todos los sentidos, para que el hecho de habitar sea una experiencia multisensorial, estimulante y placentera. De esta forma, en vez de pensar la vivienda como una sumatoria de metros cuadrados, o de cierta cantidad de habitaciones, se enfoca la búsqueda en aspectos más íntimos y profundos, como por ejemplo: qué sensaciones se quiere despertar en sus ocupantes, qué hábitos se quiere promover, qué experiencias se busca provocar, qué sueños se pueden concretar, etc.

Esta intención pedagógica se ha visto sorpresivamente fortalecida por el advenimiento de la crisis de salud mundial que se está viviendo como producto de la pandemia del Covid-19, situación que ha generado el confinamiento de gran parte de la humanidad en sus propias viviendas, en cumplimiento de los protocolos de prevención y contención, denominado estado de cuarentena.  La condición de confinamiento ha permitido que la vivienda se convierta nuevamente en el espacio de relacionamiento por excelencia –por tiempo y materia– del grupo familiar.

Desde un contexto de  realidad previa a la pandemia, en la cual los habitantes de las ciudades se veían impelidos por un movimiento centrífugo  hacia los espacios social, laboral, educativo y económico ubicados en los extramuros de la vivienda, emerge este nuevo contexto de contención social provocando el cambio de dirección en un movimiento centrípeto, que obliga a los integrantes de la familia a encerrarse y volver al origen, a reubicar el centro de la vida cotidiana en el hogar.

Con el objetivo de promover en los estudiantes del taller la comprensión y toma de conciencia de esta nueva realidad, tanto desde su rol como estudiantes y futuros profesionales del área de la Arquitectura, así también como usuarios de una vivienda, se realizó desde la cátedra una encuesta abierta denominada Cuarentena en casa: cómo experimentamos nuestro hábitat en el confinamiento por el Covid-19, para recabar información primaria acerca de cómo los encuestados estaban experimentando la relación con sus hábitats, en las condiciones actuales de aislamiento. Para tener una visión más integral, se invitó a responder la encuesta no solo a los estudiantes (jóvenes en su totalidad), sino a un grupo más amplio y variado, que permitiera reflejar una mayor diversidad de experiencias y puntos de vista.

La encuesta contó con 30 preguntas, todas orientadas a reflejar la percepción de ciertos aspectos de la vivienda que sólo en situaciones como la de esta crisis sanitaria pueden salir a relucir con bastante claridad. Y es que no es lo mismo habitar el hogar por unas horas, de las cuales un gran porcentaje se destinan al descanso, que permanecer las 24 horas encerrados; además de ello, tratando de incorporar, aparte de la rutina propia del hogar y en la medida de lo posible, las actividades que generalmente se realizan en otros ámbitos.

Juntamente con las preguntas sobre la edad, el lugar donde se vive, la cantidad de habitantes de la vivienda, si se cuenta con niños y mascotas, el tamaño aproximado de la vivienda –todas ellas de orden cuantitativo–, la encuesta consultaba aspectos de orden cualitativo o experiencial, como ser: “El encuestado ¿tiene el espacio suficiente para realizar todas las actividades que requiere?; ¿Los otros miembros de la familia cuentan también con estos espacios?; ¿Qué echan de menos, con cuáles ambientes les gustaría contar?; La vivienda ¿cuenta con patio, jardín, terrazas, galerías?; Las ventanas ¿dan hacia espacios abiertos soleados y ventilados? ¿Su diseño es adecuado?; La vivienda ¿recibe buena iluminación? ¿Responde bien a las condiciones climáticas habituales? ¿Se necesita acondicionamiento artificial?”.

Otras preguntas estaban enfocadas al modo en cómo se estaban relacionando los miembros del grupo familiar con los espacios de uso habitual, en las condiciones especiales en que se encontraban: la cocina, los dormitorios, las áreas comunes, “¿resultan cómodos?, ¿son pequeños, son suficientes?; ¿Qué actividades nuevas se están realizando en espacios que se han tenido que acondicionar o improvisar, por ejemplo, para realizar trabajos de oficina o estudio?”.

Dentro de las preguntas con respuesta abierta, se pidió a los encuestados que mencionaran lo que más les gustaba y lo que menos les gustaba de su casa, a la luz de las circunstancias. Y finalmente, se los invitaba a compartir en pocas palabras su experiencia en general.

Los resultados arrojados en la encuesta permitieron, por parte de los encuestados y de los estudiantes en particular, reconocer y evidenciar la importancia de los factores intangibles e inmateriales que deben ser tomados en cuenta en el diseño de una tipología de vivienda unifamiliar o multifamiliar, en cualquiera de sus niveles de complejidad programática. Se destacaron específicamente los siguientes aspectos:

a)De las 107 personas que respondieron la encuesta, el 67,3% eran mujeres y el 32,7% varones, lo que puede expresar que el género femenino está más predispuesto a responder sobre estos tópicos, tal vez por la condición de roles respecto al hogar que tradicionalmente ha asumido cada género.

b)El 98,1% de los encuestados reside en Santa Cruz, en la zona urbana, lo cual ubica la validez del estudio para la realidad de este municipio.

1P

c)El 79,4% vive en una vivienda unifamiliar; el resto, en edificios de departamentos, condominios multifamiliares, vivienda mínima o cuartos en alquiler. Esta pregunta nos ubicó en el contexto socio-económico en el que se encuentra la mayor parte de los encuestados, y es clave para entender las tendencias estadísticas de las otras preguntas sobre las condiciones de bio-habitabilidad de las viviendas. También evidenció la necesidad de ampliar el ámbito de investigación hacia sectores de la población que tradicionalmente manifiestan dificultades o carencias extremas en términos de acceso a una vivienda digna y funcional, el campo de la vivienda social. Sin embargo, vale aclarar que este ámbito de estudio ha sido abordado y desarrollado por la cátedra en otros semestres del ciclo académico.

2P

d)El 82,2% de los encuestados vive con su familia, con una cantidad de miembros que oscila entre más de 5 personas y 3 personas.

3P

4P

e)El 55,1% considera que tiene suficiente espacio en su casa para realizar todas sus actividades, al igual que sus familiares.

f)Los espacios que echan de menos o con los cuales quisieran contar son, en orden de necesidad: patio, jardín, cocina más amplia, cuarto de estudio, terraza, galería, espacio multi-funcional, gimnasio, espacio para actividades al aire libre, etc.

5P

6P

g)El 52,3 % de las viviendas responden bien al clima, son luminosas y ventiladas; el 42,1%, tiene esta condición dependiendo de la hora del día. Un mínimo porcentaje manifestó que su casa era oscura.

h)Respecto a la mejora de la iluminación, destacaron que se podría resolver colocando mejores cortinas, cambio del color en las paredes, ubicación de ciertos ambientes con mejor orientación, etc.

7P

8P

i)Respecto al uso de los ambientes, se evidenció que un tercio (32,7%) de las cocinas funcionan muy bien; otro tercio (30,8%) resulta muy incómodo; y el restante 36,4 % indica que está bien pero podría estar mejor. Respecto a las áreas comunes, el 66,4 % manifestó que están cómodos, el 26,2% expresó que estos espacios eran pequeños e incómodos.

9P

j)Por su parte, los dormitorios eran cómodos y suficientes para el 68,2%, mientras que el 27,1% indicó que necesitaban un dormitorio más. En relación a los muebles de la vivienda, un 35,5% descubrió que le faltaban algunos muebles, un 23,4% observó que tienen muebles de más, y el resto (41.1%) se siente conforme con lo que tiene.

10P

k)Del 66,4% que respondieron que están trabajando en casa, el 50,5% cuenta con el espacio suficiente, mientras que el 28,3% no; el restante 21,5% cuenta con espacio pero no es el adecuado.

11P

l)Con respecto a lo que más les gusta de su casa, las respuestas son diversas y todas tienen un enfoque sensorial: “es cómoda; es espaciosa; es luminosa; tiene hermoso jardín; hay espacio para que todos tengan un tiempo a solas”, la privacidad, el poder estar relajado, el compartir con la familia, las reuniones familiares, etc.

m)Entre los aspectos que menos gustan están los referidos a las carencias: “falta espacio en la cocina; no hay galería; falta de patio, no tiene garaje, su techo es de losa (techo plano); es caliente; es pequeña; es muy permeable a los ruidos del exterior; al ruido de los vecinos; tiene pocos baños; hay incomodidad para circular entre varias personas; poca funcionalidad en la cocina o en los baños; dormitorios pequeños; la planta alta muy caliente; falta un toque de armonía”, etc.

n)De acuerdo con la última pregunta del cuestionario, el 61,7% de los encuestados se siente muy bien en su vivienda, ya que esta responde adecuadamente a las circunstancias; un 25% se sienten encerrados y experimentan dificultades en su habitar; el restante 13,2% tiene diferentes tipos de dificultades, propios de la condición de encierro y el cambio de rutinas en el grupo familiar.

12P

En correspondencia a la información obtenida, se realizó un foro-debate con los estudiantes para establecer las conclusiones del estudio, las mismas que posibilitarán, conjuntamente con el resto de los aspectos de la metodología proyectual que se está aplicando en el taller, consolidar las premisas de diseño y la idea de partido (síntesis proyectual) del Conjunto habitacional de alta densidad que se está desarrollando.

Algunos criterios destacables derivados del foro se enuncian a continuación:

  • La vivienda, como núcleo de convivencia fundamental de la familia y de la sociedad, debe ser entendida como un ente vivo, que, además de su adecuada funcionalidad, promueva en sus ocupantes experiencias sensoriales y afectivas que potencien los estados de armonía y equilibrio físico, psicológico y espiritual, condiciones básicas para sustentar un sistema inmunitario sólido y resistente.
  • En esta nueva realidad, es imperioso tomar en cuenta en el diseño la recuperación de aquellos espacios de la vivienda de antaño como son el huerto familiar, los talleres y otros espacios adecuados para posibilitar la implementación de la “vivienda productiva”. De esta manera, la “vivienda dormitorio” de la actualidad puede volver a recuperar el encanto del hogar y su disfrute dentro del seno familiar.
  • Se debe encarar el diseño de los conjuntos habitacionales como elementos básicos y estructurantes en la conformación de la ciudad, en sus diferentes escalas y categorías. Su diseño debe ser flexible y versátil para asumir las transformaciones que se demanden en el tiempo, y se debe garantizar la adaptación inteligente del edificio a las características propias del entorno medioambiental en el que se inserta.
  • Los edificios y las viviendas deben ser repensados en un contexto de realidad global y virtual cada vez más contundente. Se debería tomar en cuenta la inminencia de modos emergentes de convivir y de relacionarse en nuevos escenarios espacio-temporales: tele-trabajo; compras por internet; plataformas virtuales para la educación; redes virtuales para el ocio y el entretenimiento (obras de teatro, conciertos, cine, proyectados a través del ciber-espacio); así como la aplicación de nuevas tecnologías para la representación de la realidad en modo virtual, que promuevan una experiencia más próxima y directa  sin romper el distanciamiento social.
  • En los conjuntos habitacionales, las interfaces o espacios comunes deben ser diseñados con calidad medioambiental, criterios antropométricos y ergonómicos, además de calidad estética, para un habitar digno, posibilitador del intercambio socio-cultural, que es el sustento de la condición humana, en entornos de seguridad y contención adecuados. Estos espacios deben estar vinculados a la trama urbana de áreas verdes públicas (parques urbanos, plazas), garantizando la continuidad espacial de la infraestructura urbana verde de la ciudad con entornos saludables en términos de bio-habitabilidad, para el esparcimiento y disfrute de las familias.
  • El diseño de los conjuntos habitacionales se debe enmarcar en un contexto social emergente de hiper-culturalidad, en donde las relaciones humanas se expresan dentro de una compleja trama de realidades superpuestas que demandará proyectos arquitectónicos que promuevan en la sociedad conductas más inclusivas, tolerantes y respetuosas de la diversidad.

         Un estudio similar al de la encuesta planteada, que se realizó en España, arrojó  resultados muy reveladores de las condiciones de habitabilidad que, por supuesto, son diferentes en términos urbano-arquitectónicos –no así en términos sociológicos– a los que se puede tener en un contexto latinoamericano, y más específicamente, a los obtenidos en la ciudad de Santa Cruz, Bolivia.

  La principal diferencia en los resultados estriba en que en el caso de los españoles, y en general en las grandes urbes europeas, un gran porcentaje de la población urbana vive en departamentos de edificios en altura. Por este hecho, la mayoría de los encuestados definieron como necesidad básica para un hábitat confortable, el contar con grandes balcones o terrazas, al carecer de los patios y jardines considerados como el gran privilegio de la vivienda individual que todavía se disfruta en nuestras ciudades. Sin embargo, este hecho es destacable y debe ser tomado muy en cuenta debido a la tendencia cada vez más arraigada en nuestro medio, de construir edificios en altura, con el objetivo de densificar la trama urbana y optimizar la infraestructura de servicios de la ciudad.

Es evidente que el tema tratado es complejo y abierto a la reflexión y al estudio permanente para poder responder con efectividad a las necesidades de una realidad con un ritmo de cambio cada vez más acelerado. Como ejercicio académico, se buscó optimizar de la mejor forma posible los procesos de enseñanza-aprendizaje en un contexto nuevo como lo es esta crisis, que resulta un desafío tanto para los docentes como para los estudiantes.

A partir de la convicción de que la academia, y especialmente la universidad pública, deben formar a sus futuros egresados con un alto grado de conocimiento de la realidad para responder desde su ámbito formativo con pertinencia y solvencia profesional, con actitud investigadora que les permita ser gestores de las transformaciones que la sociedad demanda, este ejercicio, realizado además mediante el uso de las TIC como herramientas aplicadas a la educación, se constituyó en un elemento concreto, eficaz y valioso dentro de la metodología de diseño de la cátedra.

Al promover en los estudiantes una visión más integral y directa de la problemática de la vivienda, en donde los factores emocionales y perceptivos cobran gran relevancia a la hora de diseñar, y más aún, buscando dar respuesta a los nuevos paradigmas de diseño que surgirán a raíz de esta experiencia global, se pretende que los futuros profesionales arquitectos de la Facultad de Ciencias del Hábitat, diseñen y construyan hogares más que viviendas; espacios que brinden confort y calidad de vida a sus habitantes y por consecuencia, se consoliden ciudades más saludables, más amigables, menos comerciales, más humanas.

p/ Arq. Marina Bonino

Santa cruz, Bolivia – julio 2020

 

 

Actualización del Reglamento del Centro Histórico de Santa Cruz -Bolivia

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Comparto las respuestas in extenso  al cuestionario enviado a la Revista Cimientos, para su artículo titulado «Cómo fomentar un modelo urbano para transformar el centro» en su edición N° 30.  La temática del mismo hace alusión al  proceso de revisión y propuesta de actualización  y ampliación del Reglamento del Centro Histórico, documento tan importante para la regulación y revitalización del corazón de Santa Cruz.

Cimientos: ¿Cuál es su opinión sobre el Nuevo Reglamento de Código de Urbanismo y Obras para el Centro de la Ciudad, que se quiere aprobar?

M. Bonino: En realidad no es un nuevo Reglamento, se trata de la actualización y ampliación del Reglamento del Centro Histórico que se elaboró a finales de los años ´80. Con 30 años de vigencia, es lógico y hasta imprescindible que se pretenda hacer estos cambios.

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Si bien el Reglamento ha permitido hasta ahora proteger de alguna manera el patrimonio arquitectónico del área central, es necesario que se ajuste a los requerimientos de la actual Santa Cruz,  que es muy diferente a la de hace 30 décadas atrás. Se busca que la normativa actualizada promueva la tan necesaria revitalización del Centro Histórico sin perjudicar su valor y riqueza patrimonial.

Es imprescindible contar con un Reglamento que permita contrarrestar y revertir el sistemático deterioro y abandono que viene sufriendo el corazón de nuestra ciudad.

Cimientos: ¿En qué quedó?

M. Bonino: Tengo entendido que la propuesta de actualización está en proceso de revisión para su posterior aprobación, en oficinas del Gobierno Autónomo Municipal.

Cimientos: ¿Cuándo lo aprueban?

M. Bonino: Se debe cumplir con las instancias legales y administrativas del GAM para luego pasar al despacho del Alcalde para su aprobación.

Cimientos: ¿Porque cree que el centro no logra consolidar los nuevos proyectos e ideas?

M. Bonino: El Centro de una ciudad, por su condición urbana e histórica, es una réplica a menor escala de la problemática de toda la ciudad en su conjunto. La “desventaja” del centro con relación a otros sectores de la ciudad, es que cualquier intervención se tiene que encarar en un contexto ya consolidado y desgastado por el tiempo, lo cual hace que los proyectos se enfrenten a mayores retos y complicaciones.

En las últimas décadas una de las pocas intervenciones urbanas de impacto que se realizó, fue la renovación de la plaza principal y un sector de la Manzana Uno.20171213_182459 Luego de esa intervención se efectuaron algunas propuestas como el mejoramiento del Parque El Arenal o la experiencia piloto de peatonalización de las calles aledañas a la plaza 24 de septiembre, que por diversas causas no tuvo el resultado esperado. Esto en relación a intervenciones en el espacio público, que es donde más se perciben los cambios en una ciudad. En relación a la edificación, se ha conseguido muy poco, y en general, corresponden a la iniciativa privada. Creo que el hecho de que se hubieran realizado proyectos aislados es lo que genera la impresión de que se ha hecho muy poco.

El Gobierno Municipal ha iniciado una serie de proyectos que están en proceso, pero, por las condiciones antes mencionadas, para encarar una obra más compleja se requiere de fuertes inversiones económicas, además de proyectar para el mediano o largo plazo.

Cimientos: ¿Qué factores usted piensa que han sido los que han llevado al deterioro del centro de la ciudad?

M. Bonino: Son varios factores, algunos de ellos propios del desgaste y obsolescencia por el paso del tiempo, otros por factores externos como la descentralización de algunos servicios y la aparición de nuevas ofertas comerciales y de entretenimiento en otros sectores emergentes de la ciudad. 20180117_170521

También influye la falta de iniciativa por parte del sector privado para encarar nuevas propuestas que resulten atractivas para la población, así como el descuido y deterioro de la mayoría de los inmuebles que al estar  alquilados, su mantenimiento no es de interés ni para el inquilino ni para el propietario. Así mismo, la necesidad de políticas integrales para la recuperación y mejoramiento del centro por parte del Gobierno Municipal, ya que el único instrumento específico con el que se han podido realizar algunas acciones es el reglamento actual, que solo regula la condición de los inmuebles patrimoniales y que no se lo planteó en su momento  como parte  de un Plan Director integral específico para el Centro Histórico.

Cimientos: Como profesional en el ámbito ¿cuáles cree que pueden ser las acciones a corto, mediano y largo plazo que se pueden tomar para mejorar la calidad de vida en el centro?

M. Bonino: A corto plazo, consolidar el Plan Integral para el Centro Histórico que marque y encauce las líneas de acción, los planes y proyectos para su revitalización y sostenibilidad en el tiempo, aprobar las modificaciones y ampliaciones del reglamento vigente para incentivar las inversiones privadas y los convenios público-privados para encarar nuevos proyectos. Ejercer la gobernabilidad en el ámbito de sus competencias por parte del Gobierno Municipal para normar, regular, intervenir y ejecutar acciones para el transporte público, tráfico vehicular, parqueo de calle, contaminación acústica y visual, seguridad ciudadana, control de adultos y niños en situación de calle, comercio ambulante, además de  proyectos para el incentivo de la actividad comercial y de servicios. PC4

A mediano plazo,  la recuperación del espacio público (mejoramiento e intervención de aceras, plazas, alamedas); dotación de arbolado urbano como parte de la infraestructura verde de la ciudad, mejoramiento de señalética y mobiliario urbano. Dotación de edificios de parqueos y  baños públicos.

A largo plazo, como ya lo mencionaba antes, el cambio de losetas y e mejoramiento de aceras, enterrado de cables, modernización de la infraestructura de servicios, propuestas de diseño para la dinamización y adecuación del centro a nuevos roles y tendencias en el uso o disfrute de la ciudad.

Cimientos: ¿Cuál es el modelo de desarrollo urbano que el centro de Santa Cruz debería seguir o que se tendría que realizar para revitalizar el centro histórico?

M. Bonino: La ciudad, o nuestro centro histórico en este caso, es como un cuerpo físico. Tiene una característica propia que lo identifica y lo hace único. El primer paso para concebir un modelo de desarrollo es aceptar esa base sin pretender encajar otro modelo que, aunque muy válido, no se adecua a sus características particulares. Como organismo vivo que es, con el tiempo pasa por procesos de adaptación para adecuarse a las transformaciones que naturalmente  se van dando .

 

20171219_234643Este proceso de adaptación en la dinámica de los centros históricos es importante, y si los cambios se dan a partir de una buena planificación, promueven la resiliencia urbana que hace que las ciudades se reinventen y que las sociedades evolucionen. Una ciudad que no es flexible, que no se transforma con el tiempo, entra en un estado de entropía que una vez se inicia, no puede dar marcha atrás.

Un modelo de desarrollo urbano posible para el centro histórico, debe tener como base ciertos criterios que garanticen su sostenibilidad en el tiempo:

Sostenibilidad del patrimonio tangible e intangible

  • Resguardar el Centro Histórico como referente de los orígenes de la ciudad, de su memoria colectiva y patrimonio tangible e intangible.
  • Fomentar un modelo urbano que contribuya al desarrollo de la ciudad histórica, en perfecto equilibrio entre su oferta cultural y turística, social, económica, y habitacional.
  • Buscar la integración de la edificación histórica y la contemporánea, como base para su dinamismo turístico y cultural.

Sostenibilidad urbano-arquitectónica

  • Promover el desarrollo de la diversidad y mezcla de usos urbanos (residencial, comercial, terciario, educacional, cultural).
  • Promover la calidad del diseño del espacio público del centro histórico.
  • Rejuvenecer el centro, mediante el impulso de la vivienda colectiva para jóvenes.
  • Implementar el Plan de movilidad urbana, la modernización y regulación del transporte público, y el transporte alternativo (peatonales y ciclovías)

Sostenibilidad socio-económica

  • Promover la generación de nuevas áreas de oportunidades de negocios y emprendimientos, que garanticen la vitalidad mediante la diversificación de actividades.
  • Establecer nuevas formas de gestión urbana para la toma de decisiones, para la participación y seguimiento de los planes y proyectos.
  • Promover alianzas estratégicas entre el Gobierno Municipal y entidades e iniciativas privadas.

Sostenibilidad medioambiental

  • Incentivar el cuidado del medio ambiente y de la calidad de vida, control de la contaminación visual y acústica y la regulación de las actividades destinadas al ocio y entretenimiento.
  • Fomentar el ahorro energético, impulsando la arquitectura sostenible y la iluminación pública con eficiencia energética.
  • Promover la limpieza del Centro, con una buena gestión de los residuos sólidos. Con estrategias de educación y formación ciudadana.

El desafío es equilibrar las acciones para modernizar el centro sin que pierda su identidad, y osar realizar los cambios necesarios para que evolucione sin perder esa condición que le es propia y lo hace tan especial.

Cimientos: ¿Densificar es la solución?

M. Bonino: Densificar es parte de la solución. Y esta acción no solo se refiere a optimizar los valores de ocupación del uso de suelo, sino al uso racional de los servicios públicos, el equilibrio entre los espacios públicos y lo construido, y la red de servicios básicos.

La densificación es en realidad, el recurso de la planificación urbana que permite equilibrar la ocupación de un territorio armonizando el número de habitantes y la infraestructura de servicios para que ese territorio sea sostenible en el tiempo. En la actualidad el centro histórico se está despoblando; se necesita acciones tendientes al restablecimiento de ese equilibrio. Cuando una casa no se habita, comienza irremediablemente a sufrir un proceso de degradación y muerte.

Cimientos: ¿Qué piensa del deterioro de los edificios o casas del centro?

20190713_105159M. Bonino: Justamente, tiene que ver con lo expresado anteriormente. Los inmuebles que no se utilizan, se degradan. En el centro Histórico existen actualmente muy pocas edificaciones clasificadas con valor patrimonial, se podría decir que el 80 % de los inmuebles no son patrimoniales. El Gobierno Municipal tendría que preservar bajo su responsabilidad los inmuebles patrimoniales para que permanezcan como la memoria cultural de nuestra ciudad.

Los inmuebles restantes, es decir, ese 80%, tiene como responsables de su mantenimiento a sus propietarios. Sin embargo, podemos observar en muchos casos, el escaso interés en realizar dicho mantenimiento y la falta de visión que impide darse cuenta  que esa actitud es la que precisamente, contribuye a la consolidación de un paisaje urbano sucio, decadente y gris, que es uno de los motivos de queja y desencanto permanente por parte de los mismos propietarios.

Cimientos: ¿En su opinión, que cree que se debe realizar para recuperar la identidad del Centro Urbano?

M. Bonino: El Centro constituye la síntesis de la ciudad además de ser su parte más antigua, y como tal, es el referente de la identidad de todos los cruceños. Pensar que la identidad del centro es solo la sumatoria de sus edificios patrimoniales, es ver el centro con una visión muy limitada, más aún si observamos que este patrimonio es discontinuo y diversificado en su perfil urbano.

 

La identidad del Centro la constituye el conjunto de su patrimonio socio-cultural reflejado en la memoria colectiva, y su patrimonio arquitectónico-urbano expresado en sus espacios, en sus escala urbana, en la conformación de sus vías y la fisonomía de sus edificaciones. Por lo tanto, no se trata de recuperar, sino de potenciar esa identidad, desde una visión integral que le permita seguir desarrollándose en una simbiosis entre lo antiguo y lo nuevo, evitando caer en los falsos históricos (que no dieron buenos frutos) o en posturas radicales de preservacionismo que obedecen a teorías urbanas que ya han quedado obsoletas.

EL URUBÓ: ¿LA TIERRA PROMETIDA?

URUBÓHemos visto en muy pocas décadas cómo el Municipio de Porongo y específicamente la zona del Urubó, se ha convertido en la tierra prometida para muchas familias, en un principio de nivel socio-económico elevado y por esos avatares de la especulación inmobiliaria, ahora al alcance de grandes grupos sociales con economías más precarias. Es indudable que lo que motivó y motiva a quienes optaron por “cruzar el charco” -nuestro charco-, lo hicieron gracias a la iniciativa de un empresario privado, que permitió a los cruceños el descubrimiento de una nueva tierra, de clima benevolente, paisaje paradisíaco y la posibilidad de disfrutar de una vida similar a la que se puede obtener en un hábitat con características propias de lo rural.

Hasta acá todo resulta muy idílico, si no fuera por dos situaciones que nos deben hacer reflexionar: Por un lado, ese “descubrimiento del nuevo mundo” que afloraba al otro lado del Pirai, está llevando a resultados muy similares a los retratados por las historias de conquistas como la americana y otras realizadas en el viejo mundo: invasión del territorio, aculturación de las sociedades originarias, destrucción de los ecosistemas y ruptura del equilibrio medioambiental, entre otros. Esto conlleva un costo social y ambiental que apenas alcanzamos a vislumbrar.

Por otro lado, la estructura socio-económica de esta ciudad emergente, al ser directamente dependiente del Municipio vecino, es decir Santa Cruz, que le proporciona todos los servicios básicos para cubrir sus necesidades de salud, educación, cultura, recreación y le provee además, de los medios de subsistencia como ser fuentes laborales y de los servicios administrativos y de abastecimiento, hace ver claramente la relación que existe entre esta tierra prometida y la gran estatua del sueño de Nabucodonosor: Un gigante con cabeza de oro y pies de barro, frágil en sus bases de sustentación. Basta con cerrar por algunos días la única vía de acceso –el puente- para corroborar esta condición.

Es necesario mirar la realidad urbana desde un contexto amplio y no particular. Es necesario y urgente pensar en la sostenibilidad de nuestras ciudades desde una visión metropolitana y tomar conciencia de que la ley de causalidad se cumple aún sin que seamos conscientes de ella: toda acción genera una reacción y esa reacción repercute no sólo en lo individual, sino fundamentalmente en lo colectivo.

Por Marina Bonino

ARQUITECTURA CRUCEÑA E IDENTIDAD: UNA VISIÓN A 60 AÑOS DE SU HISTORIA

Por Marina Bonino, Arquitecta

24/10/2017

Pretender sintetizar en un pequeño resumen de pocas páginas  60 años de arquitectura cruceña, esbozando una línea de tiempo que ubique los diferentes periodos históricos  y tendencias de diseño, puede convertirse en una tarea titánica y un desafío que nos llevaría a cometer errores u omisiones históricos, desde un punto de vista académico y de investigación rigurosa sobre la historia de nuestra ciudad. Es por eso que me permito enfocar esta visión sobre 60 años de arquitectura cruceña, desde el   imaginario colectivo, con  un análisis más sensible que ortodoxo, para cumplir este cometido.

Hay dos aspectos a tener en cuenta para poder entender el fenómeno del desarrollo urbano-arquitectónico que ha experimentado nuestra ciudad en este más de medio siglo desde 1960 a la fecha; un crecimiento imparable que llena de asombro a propios y extraños.

Por un lado, debemos reconocer el gran salto a nivel demográfico y económico que significó la entrada de nuestra ciudad a la segunda mitad del S XX, dinámica impulsada por una serie de eventos de carácter político y socio-económico (la Revolución del ´52; la conquista de las regalías, los planes de desarrollo urbano, la creación del Comité de Obras Públicas, entre otros)  que pusieron a nuestro territorio otrora marginado, en la agenda del país, como región de potencial desarrollo desde diversos puntos de vista: como territorio fértil y basto para la ampliación de las fronteras agrícolas productivas del país, como nexo estratégico a nivel geopolítico con países limítrofes como Brasil y Argentina y como ambiente de oportunidades para una sociedad pujante, hospitalaria  y predispuesta a plasmar el incipiente paradigma urbano internacional de la “aldea global” como ninguna otra ciudad de Bolivia. La evidencia de ello está en los datos  comparativos de crecimiento territorial y demográfico entre la Santa Cruz de los años ´60, con una  población aproximada de 50.000 habitantes y un Radio Urbano que abarcaba hasta lo que hoy es el Primer Anillo; y la Santa Cruz que tenemos hoy, con una población actual cercana a los dos millones de habitantes y un territorio municipal (Radio Urbano) de 38.475 Hectáreas. Un crecimiento desmesurado para una ciudad joven que adolece en la actualidad, cual condición humana, este crecimiento desde una descansada juventud, a un proceso acelerado de maduración hacia su  adultez urbana, que le viene demando cada vez más la sociedad cruceña.

Por otro lado, desde el punto de vista más particular, desde el análisis de  la identidad que se expresa en su arquitectura, podríamos comenzar considerando que la identidad es un “constructo”, un proceso que se va desarrollando en el tiempo. Si miramos nuestra ciudad, esta hipótesis se adecúa muy bien a su realidad, tomando en cuenta que nuestra historia y desarrollo urbano, en comparación con ciudades europeas o de otras regiones de nuestro continente, es prácticamente corta y casi diríamos, contemporánea, si tomamos en cuenta que se desenvuelve en el lapso de una generación en la escala de la vida humana. Sin embargo, gracias al hecho de haber contado con ese punto de inflexión en la década de los ´60 mencionado anteriormente, nuestra ciudad inició su crecimiento urbano en coincidencia con el apogeo de un fenómeno de nivel mundial desde el punto de vista urbano-arquitectónico: la visión de futuro que impulsó el paradigma de la Modernidad. Gracias a ello, arrancamos esta nueva etapa de desarrollo emergente munidos de una propuesta de diseño de ciudad que ya había esbozado el Plan Ivanissevich y que fuera interpretado y ampliado por el Plan Techint, lo cual  dio como resultado la ciudad planificada -ciudad jardín- organizada en anillos y radiales. Un estudio posterior del recientemente creado Plan Regulador, complementó y ajustó el diseño de la ciudad  con una estructura territorial  zonificada en Unidades Vecinales, bajo una visión poli-céntrica (nuevas centralidades vecinales) que le permitiría un crecimiento ordenado y  controlado en el tiempo. No es motivo de este escrito ahondar con mayor profundidad nuestra realidad urbano-territorial actual, sino su evolución arquitectónica, por lo cual continuaremos en esta línea de análisis.

Etapas Históricas:

  • Movimiento Moderno

Como decíamos, Santa Cruz inicia su desarrollo arquitectónico coincidentemente con el auge expansivo del movimiento moderno en América, también llamado International Style: no es casualidad que su arquitectura emergente a partir de  los años ´60  sucumba al influjo de esta corriente  urbano-arquitectónica, abriéndose paso entre los resabios de edificaciones nostálgicas del pasado o de los remanentes de la tradición colonial y republicana, que en nuestro medio se había expresado en un lenguaje neoclasicista o manierista. Este hecho, la incursión del movimiento moderno en la fisonomía de nuestro paisaje urbano, fue propiciado en gran parte por el aporte de nuevos profesionales formados en escuelas de arquitectura e ingeniería de países vecinos, como Argentina y Brasil, que diseñaron la modernidad cruceña bajo los preceptos de la nueva visón de diseño enmarcados por el CIAM, y apoyados por las nuevas tecnologías y materiales al alcance de nuestro medio, que  complementaron y modernizaron las técnicas tradicionales de corte  artesanal empleadas hasta ese momento en la construcción.

Esta etapa, que tuvo  una duración aproximada de 15 a 20 años, hasta 1980 aproximadamente, fue muy prolífica e importante, porque, como decíamos antes, sentó las bases para la transformación definitiva de la ciudad. Algunas expresiones, sin embargo, al estar descontextualizadas del medio, rompieron con la tradición del sentido común que favorece la simbiosis entre arquitectura y medioambiente.

  • Posmodernismo

El movimiento moderno, va dando paso paulatinamente a una nueva línea que también se enmarca dentro  de las vanguardias del  diseño  internacional, el Posmodernismo, cubriendo un período aproximado de 20 años,  desde 1978 hasta finales de los ´90, que se caracteriza, por la diversidad de búsquedas expresivas tanto en lo formal como en los materiales empleados para la construcción. Este hecho da lugar a una diversificación de lenguajes en la arquitectura, que aportan al paisaje urbano ya no sólo en el centro de la ciudad, sino que se va extendiendo hacia su periferia, con la aparición de un nuevo fenómeno urbano: los condominios cerrados. Es en esta época también en la que podemos apreciar las búsquedas de una arquitectura de tinte regionalista, que explora elementos formales como el uso de las galerías (espacio querendón de la arquitectura tradicional), la incorporación de texturas como ladrillo visto  y piedra en los acabados, y la profusión de colores con marcada influencia del estilo mexicano. También aparecen nuevas propuestas para el estilo de vida familiar, como son los condominios cerrados de viviendas unifamiliares, muy de moda en esta época, con sus espacios de interacción  social –club house y piscinas-, que de inmediato conquistan a las familias cruceñas con sus ámbitos seguros y promisorios de mejor estatus social y calidad de vida. Este sistema habitacional, como sabemos, dejó profundas heridas en varios sectores de la trama urbana de la ciudad, modelo que posteriormente sería ampliamente reproducido en la zona del Urubó, ante las restricciones planteadas  por las normativas del Municipio cruceño.

  • Arquitectura contemporánea

Podríamos decir que a partir los primeros años del S XXI hasta la actualidad, la siempre influyente tendencia internacional esta vez toma en la arquitectura formal cruceña, un nuevo lenguaje que deja su marca en los diversos sectores de la ciudad, incluido el Urubó como una extensión de la urbe que al fin se anima a sobrepasar el Pirai, con el purismo geométrico y desprovisto de ornamentación del Minimalismo, mientras en paralelo siguen desarrollándose las líneas de diseño que habían resultado exitosas y aceptadas, del periodo anterior.

El Minimalismo, con el uso del blanco y el hormigón visto, con el aluminio y el vidrio pregonando lo etéreo de la edificación, es el lenguaje propicio para el surgimiento masivo de un nuevo modo de entender la vida en la ciudad que se torna cada vez más caótica: los condominios en altura, que poco a poco se convierten  en un nuevo modo de vivir, apetecido por muchos.

También en esta época, se comienza a observar la tendencia espontánea que va consolidando “zonas” dentro de la urbe con características particulares y usos de suelo específicos, hecho que se ve corroborado por el tipo de edificaciones que se van implementando en esta áreas en el tiempo. Así, aparece la “zona Sur” con marcada tendencia a lo habitacional en altura, y más actual, la zona “Nor-oeste” de carácter más empresarial y de servicios.

Santa Cruz y su identidad Hoy

Como podemos evidenciar, la arquitectura cruceña ha sido en estos 60 años un reflejo de las corrientes y tendencias arquitectónicas de carácter global, con una implementación asincrónica de varios  años después respecto a las tendencias de origen. Evidentemente, ha sido desarrollada con una expresión particular que le podría brindar el carácter de identidad como “arquitectura cruceña” si se observa todo este acontecer histórico dentro del contexto urbano especifico y característico de  nuestra ciudad, y dentro también de un medioambiente con cualidades y condiciones  de clima, vegetación  y perfil-estructura urbano que le es propio. Es decir, la identidad de la arquitectura cruceña no se refiere exclusivamente a la morfología o el estilo que sus edificaciones van asumiendo en el tiempo, sino que debe ser entendida en el contexto integral -territorial, medioambiental y socioeconómico-, en el que se inserta.

Desde una visión menos histórica y más sensible, como se planteó al inicio de este análisis, podríamos definir  tres momentos  que marcan el acontecer arquitectónico de nuestra ciudad: un primer momento, racional, planificado, con énfasis en lo funcional; una segunda etapa más de ficción, con una búsqueda de respuestas más particulares y contextualizadas y  una tercera etapa de exacerbación sensorial, con una producción de formas megalómanas para una ciudad que quiere mostrar su potencial. En este sentido, podríamos decir que, respecto a la producción arquitectónica del resto del país, hay una clara evidencia de la particular expresión de la arquitectura cruceña; respecto al resto del país, Santa Cruz tiene su sello de identidad propia, que la ubica en la vanguardia del acontecer arquitectónico de Bolivia.

No podemos dejar de mencionar, como parte fundamental de este constructo de identidad, la arquitectura informal que se extiende en toda la mancha urbana como una capa trasversal a la arquitectura formal. Esta arquitectura popular, autoconstruida, homogeniza con su carácter desordenado y anodino los barrios cruceños que se pierden en la lontananza de un paisaje plano, propicio para la extensión urbana sin límites y por ello, carente de claros referentes sean estos naturales o construidos.

La identidad cruceña a futuro

Un cuarto escenario posible -y necesario- será encarar la arquitectura cruceña desde una línea de acción, lo que podría llamarse un activismo proyectual, que lleve nuestra producción arquitectónica formal, y con ello la nueva orientación de identidad construida en el tiempo, más allá del show mediático de la arquitectura para exposición que actualmente se practica, y se convierta en el verdadero instrumento de transformación social que nuestra ciudad está necesitando. Para ello, deberá bajarse de su pedestal megalómano, que mira y trabaja para una minoría, y comenzar a desenvolverse en un contexto más democrático, más real, más apremiante: la arquitectura para lo social, para el servicio, para la igualdad de oportunidades. Una arquitectura no ya solo de la función, o de la ficción, o de los sentidos; una arquitectura de acción, que dé respuesta a los desafíos que nos impone la realidad actual; que construya la ciudad desde los barrios, y además, con una visión sustentable, que contemple y resuelva los efectos adversos y cada vez más evidentes del cambio climático y previsora de los desastres naturales que pudieran ocurrir en el futuro. Una arquitectura por y para la gente, una arquitectura para la ciudad.

CRONOLOGÍA DE OBRAS POR ESTILOS ARQUITECTÓNICOS

A) ARQUITECTURA MODERNA

Entre los ejemplos de arquitectura moderna más destacable en nuestra ciudad, de este período,  podemos mencionar:

  • Viviendas Aisladas: Casa Nuyttens (Arq. Pablo Nuytten. 1960); Casa Stelzer (Arq. Eduardo Baldiviezo. 1966).
  • Edificios e Instituciones: Colegio –Campus- y Capilla La Salle (Arq. Alberto y Luis Iturralde. 1956-65); Colegio Santa Ana (Arq. Pablo Nuyttens. 1957-59); Cooperativa La Merced  (Arq Sergio Antelo. 1968-71; Normal Enrique Finot. (Arq. Juan Luis Zuñiga y Rodolfo Alborta. 1973); Liceo de Señoritas Josefina Goytia. (Arq. Alberto Contreras. 1973); Edificio Entel  (Arq. Juan Carlos Barrientos. 1975); Terminal de Ómnibus (Arq. Sergio Antelo. 1974-78); Edificio Santa Cruz -primer rascacielos de la ciudad- (Arq Luis Iturralde. 1970-78); Hotel Los Tajibos 1ra etapa (Arq. Luis Gonzales. 1975); Policlínico de la Caja Petrolera (Arq. Sergio Leigue. 1977-78); Banco Santa Cruz (Arq. Humberto Rivera. 1976-80); Banco Popular del Perú (Arq. Mario Rivera. 1977-80);

B) ARQUITECTURA POSMODERNA:

Dentro de esta línea, podemos destacar las siguientes obras:

  • Posmoderno Racionalista o De Transición

Edificios Institucionales: Banco Nacional de Bolivia (Arq. Marcelo Franco Bedoya. 1979-83); Templo de Maria Auxiliadora.  (Arq Mario Ribera 1988-92); Biblioteca Pública Municipal (Arq. Luis y Álvaro Fernandez de Córdova, Claudio Arduz y Maria Elena Buzzo. 1989-91); Banco Boliviano Americano -Hoy Centro de la Cultura Plurinacional- (Arq. Ricardo Gonzales, Alejandro Peredo y Guillermo Aniutti. 1985); Edificio Zummar (Arq Luis y Álvaro Fernandez de Córdova. 1990-01); Shopping Bolívar (Arq Claudio Arduz y Antonio Delgado 1992-95; Torres Equipetrol (Arq. Edmundo Farah. 1998-199); Banco Ganadero  (Arq Claudio Arduz y Hugo Fiaschetti. 1998-2000); Universidad Privada  UPSA (Arq. Lilian Roig y Ernestina Costas. 1995 -99); Mutual Guapay (Arq Sergio Antelo. 1998-2000).

Viviendas: Conjunto Habitacional Los Patios  viviendas -apareadas en hilera- (Arq. Mario Ribera. 1977).

  • Posmoderno Regional – Búsquedas de una expresión arquitectónica más identificada con nuestro medio

Viviendas Unifamiliares: Casa Cronembold (Arq. Rolando Aparicio. 1986); Casa Del Rio (Arq. Luis y Álvaro Fernandez de Córdova. 1992-93; Vivienda Schaiman (Arq Jorge Suarez 2004).

Vivienda Multifamiliar- Condominios: Condominio Sutó (Arq. Oswaldo Pereyra y Oscar Tarradelles. 1988-90); Yotau Apart Hotel  (Arq Oswaldo Pereyra, Oscar Taradelles y Mario Coca. 1990-96); Condominio Casa Blanca (Oswaldo Pereyra. 1998 2000); Condominio Lateris (Arq Luis y Álvaro Fernandez de Córdova.  1993-95); Edificio Los Mangales (Arq. Luis y Álvaro Fernandez de Córdova. 1994-96).

Edificios Institucionales: Country Club Las Palmas (Arq. Rolando Aparicio y Claudio Arduz. 1982-1985); Club de Tenis Santa Cruz 1ra Etapa (Arq Edmundo Farah.  1992-97).

  • Eclecticismo Neocolonial

Vivienda Multifamiliar- Condominios: Condominios La Casona, Casa Grande 2000-2001 y Plaza Libertad  (Arq Oswaldo Pereyra y Carlos Shraer 2003-2004).

Galerías: Galería Casco Viejo (Arq Edgar Paz 1987-89); Galería Comercial Colonial Arq. Carlos y Alfredo Romero. 1993-96);

  • Eclecticismo Californiano – Urbanizaciones Cerradas

Condominios Cerrados: Condominio y Apart hotel Buganvillas y otros -Génesis, Montibello- (Arq Jorge Baldiviezo. 1998-200); Urbanización El Bosque (Arq Adolfo Valenzuela 1998-2001); Urbanización Alta Vista (Arq Carlos Alberto Roca y Rubén Darío Ortiz 1998-2000).

  • Arquitectura Neoclásica O Neorepublicana

Galerías y Tiendas: Galería Central (Arq Walter Kreidler. 1992-93); Ormate  (Arq.  Alejandro Peredo 1992-1994), Cosmet (Arq. Rolando Aparicio. 1995).

  • Tardo Moderno

Instituciones: Estacion Bimodal (Arq Eduardo Fernandez de Córdova; Jorge Vallejos, Carranza y Lucero. 1990); Palacio de justicia  (Arq. Oswaldo Pereyra, Oscar Tarradelles y  Mario Coca.  1994-96; Christian Automotors (Arq Eduardo Fernandez de Córdova. 1998-99).

C) ARQUITECTURA CONTEMPORANEA:

Dentro  de esta tendencia de diseño podemos mencionar las siguientes obras:

  • Neomodernismo

Colegio Alemán  (Arq Luis y Alvaro Fernandez de Cordova. 1997-99); Edifico Fundes (Javier Salinas y Laura Ponce. 1998-2000); Edificio Transredes (Arq Rolando Aparicio 1997-2000)

  • Minimalismo I

Vivienda Aparicio (Arq rolando Aparicio 1997-1998); Edificio Las Americas (Arq. Oswaldo Pereyra 2000-2001) ; Centro de Salud Reproductiva (Arq. Alvaro y Luis Fernandez de Cordova. 2001-2002); Edificio Tacuaral (Arq. Javier Salinas y Laura Ponce 2003- 2004); Edificio Utepsa (Arq. Hans Kenning 2003 2004); Vivienda “D” (Arq Laura Ponce y Javier Salinas 2004-2005) ; Vivienda Delgado Lino  (Arq Antonio Delgado 2004)

  • Minimalismo II

Vivienda unifamiliar

Casa Antelo Salvatierra (Arq Guido Bravo y Pedro Giacomán 2015); Casa Gutierrez  (arq jose antonio delgado  G y jose antonio delgado L 2016); Casa Talud (Arq Edmundo Gantier 2014); Casa Breede  (Arq. Maria Cecilia Gutierrez y Veronica Paz 2011); Casa Paz (Arq Maria Cecilia Gutierrez y Verónica Paz 2011).

Condominios en torre

Torres Equipetrol (Arq. Rodrigo Suarez y Juan Carlos Antelo 2007); Torres Suant Las Américas (Arq Rodrigo Suarez y Juan Carlos Antelo 2008-09); Condominio Torre Mocororó y  Safiro II (Arq Yery e Ivert Villagomez 2011-12); Torres Urbarí. (Arq Rodrigo Suarez y Juan Carlos Antelo 2012); Torre Berlin (Arq Sebastian Fernandez de Cordova Erika Peinado y Mariano Donoso 2013)

  • Multitendencias

Instituciones

Edificio Yambal (Arq. Hugo Fiaschetti y Asociados 2009); Edificio empresarial Cubo (Arq Hans Kenning 2008); Facultad de Ciencias del Hábitat, Diseño y Arte (Arq. Enrique S.Añez, Arq. Marina Bonino, Arq. Lilian Roig) Torre Duo (Arq. Cinthia Crisner y Gustavo Dellien 2012); Edificio Autolider (arq Hugo Fiaschetti y Viviana Vaca 2015); Ventura Mall (Arq Waldo Alborta Marisabell Abularach y Claudio Arduz 2014) ; Luxor Automotors (Arq Marisabel Abularach 201) ; Pastelería Fridolin  (Arq Luis y Alvaro Fernandez de Cordova 2007) ; KFC  y Starbucks  (Arq. Alvaro Fernandez de Cordova y Nicolas Gonzales 2014); Centro Comercial Las Brisas (Arq. Miguel Baudizzone  2012-15); Hospital Obrero  (Arq Waldo Alborta, Marisabel Abularach y Roberto Montenegro 2015);

  • Obras Publicas

Módulos educativos o escuelas municipales, Sub alcaldías, Bibliotecas y Parques Cerrados Distritales (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra)

 

CAMBA JOVEN Sí APRENDE A REZAR

Cuenta la Biblia que Moisés guió al pueblo elegido por Dios a través del desierto durante 40 años hasta encontrar la Tierra Prometida. Una versión no oficial completa la historia y le da sentido, según la cual  los años deambulando  en el desierto tuvieron como objetivo decantar mediante un proceso natural llamado tiempo la pesada carga  de hábitos, costumbres y estructuras de pensamiento que arrastraba el pueblo judío,  los cuales ya no eran compatibles con el estado de conciencia necesario para garantizar el progreso y la convivencia pacífica, en un nuevo contexto de libertad. Para iniciar una nueva etapa, había que comenzar de cero.

En nuestro caso, para hacer de Santa Cruz el paraíso terrenal tan anhelado, una estrategia como la que empleó el patriarca bíblico sería un proyecto a largo plazo que no nos podemos permitir. Muchas circunstancias nos van mostrando que como sociedad hemos cumplido ciclos, y que es tiempo de encauzar nuestra mirada hacia un nuevo rumbo de acción. La delincuencia, la corrupción, la violencia generalizada, la ignorancia y la mediocridad, males de todos los días, son clara muestra de que no podemos seguir actuando con la misma mentalidad que pudo medianamente funcionar en un contexto socio-urbano que ha sido ampliamente superado.

La realidad  de hoy demanda que busquemos respuestas ciertas para nuestros actuales y futuros desafíos. Estas respuestas, indudablemente tienen como factor trasversal, la educación. En los hogares, esto se traduce en la aplicación de normas básicas de conducta que podrían resumirse en estas simples pautas: limpiar lo que se ensucia, reparar lo que se rompe, ordenar lo que se desordena. En contextos más amplios, la formación de una cultura social que promueva el cumplimiento de las normas, la inclusión de la diversidad, el ejercicio de la libertad responsable.

Tenemos que aprender a convivir en una sociedad donde el protagonista no sea el individuo sino el grupo, en un marco de interdependencia y respeto. Aprender a reconocer cuándo nuestros hábitos de supervivencia (viveza criolla) tan generalizados, nos llevan a justificar nuestras acciones aunque provoquen daño a los otros. Entender por qué áreas como la economía ética, el civismo responsable y comprometido o la inteligencia emocional -base de las relaciones-, son aspectos formativos tan elementales como la historia o las matemáticas.

En otros ámbitos, cultivar hábitos para construir una sociedad sana, donde el bienestar no sea un privilegio. Tomar medidas  efectivas para cambiar conductas sociales cada vez más  arraigadas como el consumo de drogas y alcohol, cuyos paliativos (tolerancia 0 por ej.) no solucionan el problema, sino que lo enmascaran. Promover una educación sexual temprana y continua que alerte sobre el imparable avance de enfermedades contagiosas como el sida, cuyos alarmantes datos todavía se manejan irresponsablemente dentro del tabú social.

Para lograr el cambio,  es necesario  actuar sobre nuestros niños y jóvenes: nuestros recursos humanos más preciados y renovables. Realizar una cruzada que no requiere de nuevos profetas, sino de gestores sociales comprometidos en todo nivel de gobierno e institucional, que promuevan sistemáticamente, por ejemplo, campañas educativas en las familias, en las escuelas, en  los barrios, en  la universidad.

Nuestra sociedad es joven, ésa es nuestra riqueza. No pretendamos cambiar las viejas estructuras, desarrollemos estrategias para gestar los nuevos cimientos de la sociedad.  Pasemos del discurso estéril que no da fruto; busquemos  la acción efectiva y posible: eduquemos a nuestra juventud, eduquemos a nuestros niños.

Esta gestión bien llevada y asumida como un compromiso social y colectivo, hará posible el cambio, y si tenemos suerte, nuestra generación podrá ser parte del mismo, porque en la acción y toma de conciencia, como proceso, nosotros también conseguiremos transformarnos.

Por Marina Bonino, Arquitecta.

19/09/2018